Desde mi perspectiva, mirada que se va construyendo, en busca de sus propios sentidos, en búsqueda de sensaciones truncas, de saber lo que uno quiere; el porvenir perdió su significado
dejo de tener importancia por su verdadera caducidad. El devenir es la práctica que, sin argumentos, elijo porque no me han dejado otras opciones.
Esta delante de nuestros ojos, depende de uno querer verlo, pero ahí está el precipicio que exige transformarnos
dejar una práctica ruti-destructiva (rutinaria y dañina), salir del refugio de la ignorancia y volvernos potencia
“un grado de potencia” diría Spinoza, en la búsqueda de ser conscientes de las causas que determinan nuestros deseos porque así nuestro comportamiento será más activo, más potente y libre, concluye Maite Larrauri en su libro “La felicidad según Spinoza”. Un devenir que implique una reconexión, deshacernos de las ambiciones más residuales,
de las cadenas más largas de polímeros que nos sujetan,
de la esencia singular y de pasiones que tienden al exceso.
Sentirnos, conocer y actuar desde un cuerpo intro y extra vinculante, nuestra organicidad constituida por un sinfín de relaciones y ritmos entre los órganos, entre tejidos, entre las células.
Que se replica en la dimensión expansiva, fuera de nosotres en donde el ritmo y la dependencia está dada por la comunicación.
No somos más de lo que se encuentra en el exterior.
Tony Rocha
Quiero hacer mucho sin valorar la acción de hacer.
Que simplemente accionar es necesario
y si es necesario es mucho
y lo mucho es poco en un sistema que mercantiliza el tiempo,
perpetua la plusvalía,
en donde las relaciones cuentan poco y no hay espacio para la ternura y el silencio compartido.
Vos, un desodorante, una media y un preservativo
No hay noción clara o transmisible, tampoco hay palabras que por más certeras y afiladas penetren como el frote
el roce
el aceitado goce
de tu pito acariciándome toda la raya
Mientras el goteo seminal se aproxima como si el cuerpo lo amezquindara y de tanto control
descontrola el sudor de un cuerpo benevolente y sin preocupaciones por el agua que escasea
mi piel es solo un perpetuo goteo.
Tony Rocha
¿Qué es lo que me mantiene raro?
La circunstancia de solo serlo
no me sirve
la angustia de querer entenderme
tampoco
Fluir no consta solo de mi iniciativa. Estoy (no consta solo de mi iniciativa)
el jazmín proyecta su sobra para consolarme dejando que el sol acerque una de sus hojas impalpables que se asoman.
El espacio en el que me reúno
Espero que la incertidumbres se hagan una, que choquen y se mezclen uniendo sus tegumentos silábicos. Fabricar ya no tiene sentido, solo basta abrir un poco mas los ojos para saber que siempre son las mismas.
Mi nacimiento todavía no sucedió, todo lo que soy es parte de lo que aún no tengo. Participar en mi realidad es jactarme que cedió solo cambios que me involucren, por eso me relego a lo ultimo de mi entorno.
Hay tantos contextos, horizontes, paraderos de pseudo-realidades que están en búsqueda de un presente auspiciante.
Tal vez lo que quiero es hallar mi cometido en realidades ajenas anteponiendo la supervivencia de mi esencia.
Me meto el dildo en el culo y busco cubrirlo con mi ano que pulsa tragarse hasta al azulejo y pienso que esta prótesis roja con venas estancadas es de silicona y si la silicona es petróleo y si es petróleo, me estoy metiendo petróleo en el culo. Y dejo este pensamiento como parte del placer y la fantasía: dentro mío hay una cadena de macromoléculas sintéticas que no produje,
Petróleo
y sale por mi boca un grito y tersuavizo mi mirada, saco por otros orificios de mi cuerpo con otro tono, con otros gestos este polímero inorgánico, transformado ahora por mis órganos, revindicando su mala fama. Si tan solo nos daríamos cuenta y dejaríamos esos negocios insatisfactorios, insaciables de hidrocarburos y polietileno.
Me encanta el petróleo en mi culo, odio todos sus otros usos, pero me encanta,
el fraking que usan para extraerlo me lo hago yo con él, dejando que penetre mis tierras.
Podría ser un mundo armado en silicona en donde todes tendríamos la oportunidad de tener la prótesis de petróleo que quisiéramos y reventaría el mundo igual, el mismo deterioro inherente en este presente que parecería que nunca acaba, seria ahora solo para generar este deseo mío de encontrarnos entre pitos, vaginas, tetas, labios y extremidades de siliconas y cuando seamos solo polvo, solo moléculas sueltas, quedaran estas prótesis expuestas demostrando que generamos cadenas nunca entre nosotros pero si para nosotros.
¿Esto podrá ser una Bitácora?
Le propuse a Tona escribamos algo sobre el Cruising para la práctica que guiaremos el domingo para un festival de Danza que va lanzando propuestas para mover un poco la danza en Santa Fe.
Perdí bastante el contacto visual con las personas. Pero hay una parte de mi cuerpo que recuerda la sensación. Como si en algún reconto de mi cerebro quedaron neuronas chamuscadas como hojas de ese árbol que te gustaba tanto y quedaron olvidadas en un cajón pero prendidas bien fuerte por adherencia frígida de algún liquido liberado que, también ya seco, se pego en el fondo del contenedor. Es desde ese revisar que puedo construir lo que en aquel momento yo pensé que era atrevimiento, una especie de voluntad que era indebida pero que si picaba con la mirada podría tener una buena experiencia. Algo del sentimiento del aventurero también, arriesgarse, un nerviosismo implícito de querer provocarle algo al cuerpo. Ahora en este intento de recrear o pensar la actividad de Crusing siento que en aquel entonces era algo más alógeno al concepto, mi actitud frente a este Estado era completamente ingenua a su principal uso o a una cierta "finalidad", mi principal inquietud era saber si con el chico que cruzaba miradas podría jugar conmigo un tiempo determinado. Jugar a las escondidas o a la tocada, juegos que impliquen seguirnos o buscarnos. Si ese tanteo sucedía, entraba a la abstracción que necesitaba para disfrutar un buen rato. Las mil y un ocurrencias de mi imaginario de lo que podría llegar a pasar era un éxtasis suficiente, los próximos "pasos" que implicaría este ejercicio no tenían asidero en mi historia personal.
Creo que ese juego me entreno bastante en adivinar o identificar lo que "una mirada puede decir", la expresión muda de un deseo que tímidamente se asoma por una persiana veneciana. Y así como chicos en el mundo, hay distintas miradas y por ende distintos cruces de miradas, algunas penetran la tuya generando el roce suficiente como para perder la pulseada y desviar el contacto visual. Otras son más tartamudas y te van liberando en pequeños lapsos de tiempo segmentos repetidos de frases melosas, tal vez por su tiernas ganas de terminar lo que empezaron o por su juego de pestañas. Otras son de espía torpe, estas miradas generalmente implican darse vuelta 180 o 330 ° la cabeza para entrecruzarlas porque vienen detrás tuyo, pero son fácilmente detectables, sospechosas por su nerviosa manera de querer ocultarse. Darse cuenta y corroborar que te ,estan mirando, saber intuitivamente de donde viene y de quien, es uno de mis mayores placeres.